En la entrada de hoy volvemos a la maravillosa ciudad de Brujas (Bélgica) para seguir descubriendo sus gárgolas. Inmersos en esa atmósfera de magia y feérica arquitectura, hallamos nuevamente gárgolas magníficas sobresaliendo de los espléndidos edificios de esta ciudad.

Entre ellos está el Palacio de la Provincia, una construcción majestuosa de estilo neogótico, construida entre 1887 y 1921, situada en la Plaza del Mercado. Su fachada de piedra blanca es uno de los mayores atractivos de los edificios de la famosa Grote Markt. En su origen, era donde se situaba el Mercado Marítimo. Actualmente es sede de la Administración Local.

 

 

Las gárgolas

Las gárgolas poseen una tipología diversa. Podemos ver animales reales, híbridos o monstruos animales y demonios.

 

gárgolas

 

Animal real

Descubrimos dos animales peculiares e inusitados, el búho y el pez. Sobre la simbología del búho ya hablamos en una entrada anterior. No obstante, recordemos que el búho se considera atributo de Cristo que se sacrificó para salvar a la humanidad; y en su aspecto negativo se le identifica con Satán por ser animal que se esconde en la oscuridad y teme la luz.

No es habitual ver representados peces en las gárgolas. Simbólicamente, el pez se identifica con Cristo. Esto se debe a que cada una de las letras de la palabra griega ictus (pez) componen las iniciales de las palabras que forman la frase: Jesús Cristo de Dios Hijo Salvador. Este acróstico se difundió, desde Roma, a todas las cristiandades en las que existía el “secreto” tan necesario en época de persecuciones; sólo los conocedores de los dogmas cristianos podían comprender su significado. Por ello, el símbolo del pez se utilizó con frecuencia en el arte y la literatura del cristianismo primitivo. Asimismo, el pez se utiliza como símbolo del bautismo, porque, así como el pez no puede vivir sin el agua, el verdadero cristiano no puede vivir salvo a través de las aguas del bautismo. Tertuliano (s. II) dice: “Nosotros, pececillos conforme a nuestro Pez, Jesucristo, nacemos en el agua (bautismal) y no podemos salvarnos más que si permanecemos en el agua”, o sea en la fe del bautismo. En cuanto a su significado negativo, tenemos los peces infernales como el Leviatán ya que, como casi todos los símbolos de Cristo, el pez fue adoptado también por la simbología cristiana para representar al demonio, tanto en las letras como en las artes. El Libro de Job, que denomina Leviatán al monstruoso rey del mar, fue el inspirador de las imágenes pisciformes del maligno, con cabeza más o menos de delfín echando llamas por la boca y engullendo a los condenados.

 

 

Monstruo animal

Los monstruos animales o híbridos de varias partes de animales son figuras muy peculiares formal y tipológicamente. Vemos algunos con cabezas perrunas y otros leoninas, con grandes garras, colmillos, alas alargadas o pequeñas, y pechos y tráqueas marcadas dando la sensación de patas delanteras insertadas en los cuerpos, un rasgo que ya vimos en algunas gárgolas de la Lonja de los Burgueses de esta misma ciudad.

 

 

Demonio

Los demonios son figuras similares a las anteriores ―de hecho podríamos englobarlos todos en la misma tipología―, no obstante designaremos demonios a aquéllos que poseen uno de los rasgos más destacados de la tipología demoníaca: las alas membranosas. Recordemos que las alas es un elemento vinculado al diablo, ya que sugiere la idea de ángel caído. Desde el siglo IX al XIII, el demonio se representa con alas de plumas como los ángeles, aunque más oscuras y cortas. Y hacia el siglo XIV se empieza a ver un demonio con alas de murciélago, como lo describe Dante en su Infierno. También poseen otros rasgos como perilla, garras, protuberancias y tráqueas marcadas como los híbridos.

En general son gárgolas con una labra sencilla pero esmerada en detalles como los ojos, pelajes, bigotes o bocas. Son además figuras muy expresivas, algunas con gestos feroces.

Un conjunto de gárgolas magnífico para uno de los edificios más bellos de Brujas.

 

 

 

Bibliografía consultada

FERGUSON, G., Signs & symbols in Christian Art, New York, Oxford University Press, 1961.

LINK, L., El Diablo. Una máscara sin rostro, Madrid, Editorial Síntesis, S. A., 2002.

MALAXECHEVERRÍA, I., Bestiario medieval, Madrid, Ediciones Siruela, S. A., 2008.

MATEO GÓMEZ, I., Temas profanos en la escultura gótica española. Las sillerías de coro, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto Diego Velázquez, 1979.

REBOLD BENTON, J., Holy Terrors. Gargoyles on medieval buildings, New York, Abbeville Press, 1997.

 

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