Las gárgolas provocan todo tipo de reacciones y sentimientos al contemplarlas, y no sólo por el tipo de figuras que representan, sino por la llamativa expresividad de la gran mayoría.

La gárgola, dejando aparte su funcionalidad, es pura imagen.

Uno de los rasgos vinculados a las imágenes de gárgolas con expresiones terribles e inquietantes, es la fealdad. Normalmente, esta característica aparece en demonios y monstruos de todo tipo.

Tenemos algunas referencias literarias sobre la fealdad. Por ejemplo, San Agustín (ss. IV-V) afirma que la hermosura del cuerpo es la armonía de sus partes. Para él, la falta de esa armonía ofende, y esta deformidad será corregida por el Creador, por los medios que sólo Él conoce. “En la resurrección se embellecerán todas las fealdades”, dice.

También Plotino (s. III) en su Enéadas (I, 6) afirma: “Porque todo lo informe, como es susceptible por naturaleza de conformación y de forma, si no participa en una razón y en una forma, es feo y queda fuera de la Razón divina. Y esta es la fealdad absoluta”.

Según John Ruskin (1819-1900), las bellas formas están tomadas de la Naturaleza, por tanto, las cosas que no están tomadas directamente de ella, “son necesariamente feas”.

Michael Camille afirma que no existe nada más aterrador que aquello que no podemos ver. Por eso, piensa que la gente de la Edad Media trató de enfrentarse directamente al demonio como un hecho, haciéndolo visible ya que, si se representaba visiblemente, era susceptible de ser derrotado.

Sobre el significado o función simbólica de las imágenes de gárgolas algunos autores hablan, entre otras, de una función protectora y de una función intimidatoria, ambas vinculadas a esta asombrosa expresividad.

Atendiendo a la función protectora, Ernst Gombrich señala la idea, que ha existido en diversas culturas, de los “guardianes” que sirven para proteger templos, casas, etc., y que tenían una función por tanto apotropaica. Desde la Antigüedad existen representaciones en el exterior de los edificios que cumplen una función protectora, a modo de talismán (Esfinge de Egipto, toros guardianes de Asiria). Ante esta idea de necesidad de protección, es normal que estas figuras tengan formas terribles y demoníacas ya que así parecen más peligrosas. Y esto implica que muestren expresiones elocuentes y sobrecogedoras.

La función intimidatoria tiene como objetivo provocar miedo. Esta idea de causar miedo podría justificar también el que algunas gárgolas presenten gestos muy expresivos y amenazantes; como dice Janetta Rebold Benton, un tipo de espantapájaros que espanta al diablo y mantiene el interior del edificio a salvo.

Tanto la función protectora como la intimidatoria están vinculadas a gestos temibles y perturbadores. No obstante, en las gárgolas podemos ver expresiones que revelan todo tipo de emociones: dolor, piedad, ira, sufrimiento, miedo, risa…

 

 

Imágenes de gárgolas

 

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Catedral de Segovia. Imagen 1.

 

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Basílica de St. Nazaire de Carcassonne (Francia). Imagen 2.

 

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Catedral de Tours (Francia). Imagen 3.

 

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Catedral de St. Michel de Carcassonne (Francia). Imagen 4.

 

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Catedral de Burgos. Imagen 5.

 

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Catedral de Narbonne (Francia). Imagen 6.

 

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Casa de las Conchas de Salamanca. Imagen 7.

 

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Catedral de St. Michel de Carcassonne (Francia). Imagen 8.

 

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Catedral de Burgos. Imagen 9.

 

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Catedral de Palencia. Imagen 10.

 

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Catedral de Burgos. Imagen 11.

 

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Monasterio de Batalha (Portugal). Imagen 12.

 

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Basílica de St. Nazaire de Carcassonne (Francia). Imagen 13.

 

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Catedral de Palencia. Imagen 14.

 

 

 

Bibliografía consultada

CAMILLE, M., El ídolo gótico. Ideología y creación de imágenes en el arte medieval, Madrid, Ediciones Akal, S. A., 2000.

GOMBRICH, E. H., El sentido del orden. Estudio sobre la psicología de las artes decorativas, vol. IX de las Conferencias Wrightsman, Madrid, Editorial Debate, S. A., 1999.

Obras de San Agustín XVII. La Ciudad de Dios, Vol. 2, libros XIII-XXII, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1965, XXII, 19, 2.

PORFIRIO, Vida de Plotino. PLOTINO, Enéadas I-II, Madrid, Editorial Gredos, S. A. Biblioteca Clásica Gredos, 57, 1992.

REBOLD BENTON, J., Holy Terrors. Gargoyles on medieval buildings, New York, Abbeville Press, 1997.

RUSKIN, J., Las siete lámparas de la arquitectura, Barcelona, Editorial Alta Fulla, 1997.

 

 

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