Quién es Dolores Herrero
Sobre mí...Soy Lola, una mujer apasionada de la historia del arte, sobre todo de la Edad Media y principalmente de la época gótica. Actualmente me dedico al estudio y recopilación de gárgolas, trabajo que verdaderamente me encanta.
Pero mi pasión por lo gótico viene de muy lejos en el tiempo. Ya de niña me fascinaban los mundos fabulosos y repletos de imaginación. Me recuerdo devorando cómics y libros de terror y misterio, inmersa en todos aquellos mundos de fantasía por los que aún me siento seducida.
Recuerdo mi entusiasmo por los bosques, como el bosque de Merlín que por supuesto fui a visitar en mi viaje a Bretaña, o el de Bomarzo, cuya novela homónima me leí un par de veces, no sólo por la atrayente personalidad del protagonista sino por el bosque de monstruos que me atrapó desde la primera lectura, bosque que también visité en uno de mis viajes a Italia. Seres fabulosos, monstruos, castillos, bosques… todos ellos responsables de encaminarme hacia un nuevo rumbo en mi vida, convirtiendo una afición en una profesión.
Escritores como Walpole, Lewis, Poe, Lovecraft, Le Fanu, Hoffmann, Stoker, Shelley… han sido mis preferidos, y así como la literatura gótica ha enriquecido mis lecturas, el arte gótico ha enriquecido mi sensibilidad artística. Y no sólo disfrutaba y disfruto de la literatura y el arte, sino del cine con películas inigualables como las de la productora Hammer.
Mi interés por la literatura evolucionó no sólo a través de la lectura sino de la escritura. Como escritora de Literatura Infantil descubrí la pasión de crear y sobre todo de compartir. Con mis jóvenes lectores he vivido y vivo experiencias y encuentros maravillosos.
Al estudiar una obra de arte me gusta observarla, fijarme en cada detalle, analizarla, tratando de descubrir el significado que encierra. En cada gárgola hay detrás una historia, un artista, una emoción, un escultor con una creatividad e imaginación desbordantes.
Trasladarse al pasado a través del arte es magnífico y emocionante. Sin embargo, como ocurre con la historia, el arte no es pasado, presente o futuro, sino que es intemporal. Es cíclico, todo se aprende, se repite, se imita, se actualiza. Es fascinante.
Aunque me apasiona el arte en general, actualmente vivo entregada al mundo de las gárgolas y a su investigación. “El verdadero secreto de la vida consiste en estar interesado profundamente por una sola cosa y conocer bien unas miles”, nos dice Horace Walpole.
Considero de gran trascendencia el estudio de las gárgolas, no sólo por su interés histórico, artístico, arqueológico, documental y arquitectónico, sino porque debido al deterioro y erosión de las mismas tanto por razones climáticas (lluvia, humedad, viento), químicas (contaminación), biológicas (aves, musgos), o humanas (falta de mantenimiento, agresión directa), estamos ante esculturas que probablemente tarde o temprano van a desaparecer. Recogerlas fotográficamente y estudiarlas las mantiene vivas en la memoria y en la historia. “Lo que perdemos en la vida lo recobramos en el Arte” (P. G. Wodehouse).
Mi pasión por estas criaturas fabulosas me ha conducido no sólo al estudio bibliográfico, documental y de investigación, sino que me ha llevado -y me sigue llevando- a viajar en busca de nuevas gárgolas que fotografiar y estudiar. Y no sólo por Castilla y León para la realización de mi tesis, sino por el resto de España y también por otros países.