Hoy vamos a descubrir unas gárgolas únicas y muy poco conocidas. Me estoy refiriendo, nada menos, que a las gárgolas situadas en las Torres de Meirás, una magnífica construcción también conocida como Pazo de Meirás, en Sada, localidad de la provincia de A Coruña.
Las torres las mandó construir, entre 1894 y 1910, la gran escritora Emilia Pardo Bazán, quien residió durante largas temporadas en esta residencia.
Torres de Meirás.
En 1938, las autoridades de A Coruña decidieron donar el pazo a Franco y, en 1941, fue entregado a éste como Jefe del Estado, quien la convirtió en su residencia de verano. A su muerte, lo heredó su familia. En 2020, una sentencia judicial declaró sin validez legal la donación personal a Franco y familia, y sentenció que el pazo es patrimonio del Estado.
Torres de Meirás.
Dentro de la estética medieval, con relieves y decoración de sentido literario, fantástico y hasta con un toque romántico, revelando así los gustos y la personalidad de tan insigne escritora, se enmarcan las gárgolas de esta residencia señorial.
Decoración exterior.
Sus fantásticas y mágicas gárgolas
Las ocho gárgolas que hay son casi todas de carácter fantástico, algunas muy semejantes a varias gárgolas del Monasterio de San Martín Pinario de Santiago de Compostela, con esa magia gallega presente en esta maravillosa tierra.
Gárgolas de las Torres de Meirás.
Las dos primeras que os muestro tienen aspecto de perro. No obstante, uno de ellos posee rasgos antropomorfos.
La siguiente es un pez con orejas, una tipología que ya hemos visto en San Martín Pinario y en otros sitios, como el Monasterio de Batalha (Portugal).
Pez con orejas.
Un largo caño que termina en una cabeza de un ave sobresale de una de las esquinas de una de las torres.
Ave.
Otro caño con cabeza humana y tocado medieval adorna otra de las esquinas.
Humano.
La siguiente es una gárgola geométrica, cilíndrica y con moldura en la embocadura.
En el exterior de la capilla podemos ver dos gárgolas muy curiosas. Un caño con cabeza de cerdo, y un pequeño monstruo animal con escamas, orejas y patas, que semeja un pez.
Gárgolas de la capilla.
Cerdo.
Monstruo animal.
Cuando fuimos al pazo, la primera sensación que tuve fue la de estar en otro mundo. En esta tierra de leyendas, cuentos y gárgolas fantásticas, descubrimos a veces lugares únicos y mágicos como este. Lugares producto de la creatividad de grandes artistas y, en este caso, además, de la sublime y prodigiosa imaginación de nuestra gran Emilia Pardo Bazán.

Doctora en Historia del Arte. Investigadora especializada en el estudio de las gárgolas.
Gracias, DOLORES.
Como siempre interesantísimo.
Contigo aprendo y me divierto.
Cuídate. Besos.
¡Mil gracias, Rosa! ¡Un abrazo!