De todas las gárgolas que vamos descubriendo en nuestros viajes, hay algunas que realmente nos han causado verdadero impacto. Entre ellas están las del claustro de la maravillosa catedral gótica de León.

Claustro de la Catedral de León.

En el perímetro del claustro, repartidas en los cuatro muros y situadas en los machones y bajo pináculos, hay 20 gárgolas (cinco gárgolas en cada muro). Todas las figuras, demonios o monstruos, son dignas de ver y admirar, así que me dispongo a disfrutar con vosotros de estas maravillas.

Gárgolas del claustro.

La tipología predominante es la demoníaca. No obstante, una de ellas podríamos considerarla más bien un antropomorfo y también hay varios monstruos animales. En general, las figuras presentan una gran homogeneidad, tanto en el estilo como en la temática.

El antropomorfo tiene cuerpo de león, alas de ave, cuello estriado y cabeza y rostro de aspecto humano. Tiene grandes orejas, una de ellas con pendiente colgando y enormes ojos ovalados.

Antropomorfo.

Los monstruos animales o híbridos compuestos de varias partes de animales son, o bien carneros alados, o bien cuadrúpedos alados con apariencia de leones u ovejas, con extraordinario pelaje tallado como grandes mechones de lana o con pelaje estriado. Uno de ellos tiene una melena magnífica con rizos, gran hoja en el cuello, collar con adorno que semeja un escudo decorado con jarrón de flores, y con las patas delanteras pisa una pequeña cabeza humana (niño) con pelo rizado. Éste último y el antropomorfo anterior tienen un estilo que recuerda a algunas gárgolas de la catedral de Astorga en el pelaje, el cuerpo o la ornamentación. Algunos de ellos también podrían considerarse demonios, ya que tienen elementos propios de esta tipología (cuernos, protuberancias, pequeños acompañantes o criaturillas).

Monstruo animal. 

Monstruo animal. 

Monstruo animal. 

Monstruo animal. 

Monstruo animal. 

Monstruo animal. 

Monstruo animal.

Monstruo animal. 

 Monstruo animal. 

Los demonios poseen alas de ave, cuerpos y melenas de cuadrúpedo (semejan sobre todo al león), tráqueas marcadas y hundidas o cuellos estriados. Las cabezas son monstruosas con mejillas, bocas y barbillas protuberantes y colgantes, de aspecto blando y desagradable. Gran parte de ellos tiene cuernos enroscados de carnero. La mayoría posee penacho sobre la frente. Algunos demonios pisan, con las patas delanteras, o bien pequeñas criaturas con formas diversas (boca de pez, cuerno, colmillos), o bien cabezas humanas, algunas con la boca muy abierta con gesto doliente, una posible referencia a la lucha entre el bien y el mal. También hay un demonio gastrocéfalo, con cuerpo y cabeza de león y alas de ave. El rostro humano que tiene en el cuerpo este gastrocéfalo semeja un green man, con boca redonda (con forma de surtidor) y gran adorno en la cabeza en forma de casco con diadema, decoración en espiral y hojas que llegan hasta el cuello del león, un adorno tipo antema; de los laterales del rostro surgen otros motivos decorativos (alas, cuernos, hojas). Asimismo, tenemos otro demonio muy original, alado con patas de cuadrúpedo y cuerpo cubierto de plumas. La cabeza es monstruosa de aspecto dragontino y tiene orejas puntiagudas. Lleva una serpiente que se enreda en el cuerpo y sube hasta morderle el cuello. Una figura muy expresiva (gesto feroz) y dinámica. La imagen de serpientes mordiendo a personas o animales aparece en otras gárgolas (catedral de Salamanca).

Demonio con serpiente.

Demonio. 

Demonio. 

Demonio gastrocéfalo. 

Demonio. 

Demonio. 

Demonio. 

Demonio. 

Demonio. 

Demonio. 

Estas gárgolas del claustro son todas de una belleza y calidad escultórica asombrosas. Figuras magníficas, con una labra excepcional, expresivas, con una gran plasticidad, y en las que se puede apreciar asimismo el toque renacentista. Una joya de nuestro patrimonio artístico.

Dolores Herrero

Doctora en Historia del Arte. Investigadora especializada en el estudio de las gárgolas.

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