Como vimos en la primera entrada sobre el antropomorfo, esta es una de las figuras que más se representa en las gárgolas.
En esta segunda entrada vamos a hablar sobre su interesante simbolismo.
Recordemos que los antropomorfos son semihumanos, animales que poseen rasgos físicos humanos, o que llevan algo que los identifica con hombres y mujeres, como la indumentaria, etc.
Sabemos que el monstruo, que engloba al antropomorfo, está vinculado a la mitología que, desde la Antigüedad, ha dejado un legado de seres monstruosos en diversas culturas. No obstante, como dice Ressot en su investigación, “lo que resulta monstruoso para una cultura puede no serlo para otra. Cada sociedad se crea una mitología para su uso propio y nuestros monstruos más puros los encontramos en los mitos”. Son las distintas comunidades las que crean y difunden los mitos, por eso es tan importante el simbolismo que poseen. Aunque para nosotros sean pura fantasía, para los hombres que los crearon eran auténticos, con ellos explicaban el porqué del mundo y del ser humano para tratar de comprender el sentido de la vida y de la muerte.
Según Wittkower, “los monstruos ―seres compuestos, mitad humano, mitad animal― desempeñan un papel en el pensamiento y la imaginería de todos los pueblos y en todas las épocas. En todas partes, el monstruo ha sido acreditado con los poderes de un dios o con las fuerzas diabólicas del mal. Los monstruos desempeñan su papel en las mitologías y los cuentos, en supersticiones y presagios”.
El antropomorfo ha sido representado en todas las artes, siendo objeto de diversas teorías e interpretaciones sobre su simbología.
Como monstruo que es, su carácter negativo queda patente en la visión de algunos autores clásicos como Horacio (s. I a. C.), que en su Ars poetica dice: “Si un pintor opta por unir un cuello de caballo a una cabeza humana y hacer que crezcan plumas multicolores por todas partes sobre una mezcolanza de miembros, de modo que lo que en la parte superior es una mujer hermosa termina debajo en un pez feo y oscuro, amigos míos, tratad de reprimir la risa ante esta exhibición (…) Pintores y poetas han tenido siempre la prerrogativa de atreverse con cualquier cosa. Lo sabemos, y pedimos y otorgamos a la vez la misma licencia. Pero no hasta el punto de unir lo manso con lo salvaje o de hacer que las serpientes se unan con las aves y las ovejas con los tigres”.
Vitruvio (s. I a. C.), refiriéndose a la decoración de entrelazos con grutescos, dice: “Hoy se pintan en los enlucidos, antes monstruosidades, que representaciones de cosas verdaderas”; y habla de invenciones como los “tallos esbeltos con cabezas de hombres y animales unidas a la mitad del cuerpo, y otros monstruos”.
Siguiendo con otras teorías e interpretaciones, en la Edad Media se identificaban las criaturas monstruosas con los pueblos infieles. Zumthor afirma que algunos cantares de gesta franceses relacionaban a los sarracenos con hombres con cabeza de perro, con pico, o con la boca en el ombligo. A los extranjeros, bárbaros y personas de otras razas se les dotaba de una apariencia monstruosa. No obstante, Wittkower nos recuerda que las deformidades y las hibridaciones cumplieron una función en el pensamiento y la imaginación de los pueblos.
Para Dante, los animales con cabeza o tronco humanos son símbolos del mal y de Satán. Entre ellos tenemos los sátiros, los centauros y las sirenas, símbolos también de una sexualidad desmedida.
Relacionado con esta idea, recordemos las gárgolas representando figuras demoníacas con senos caídos. Como ya vimos al tratar este tema, los demonios con senos de mujer aparecen a finales de la Edad Media, en un momento en que la mujer simbolizaba la maldición y la culpabilidad. Kenaan-Kedar afirma que las mujeres monstruo con cabeza y cuerpo de bestia y el pecho de mujer, representan la naturaleza devoradora de la mujer.
Y no olvidemos, como vimos en la entrada sobre la simbología, la idea relacionada con la función intimidatoria de las gárgolas en catedrales e iglesias, gárgolas representando antropomorfos que podrían simbolizar pecadores que se han ido transformando en animales al haber caído en el pecado; almas condenadas y castigadas por sus faltas y que asimismo se las prohíbe entrar en los templos. Una teoría semejante a la idea de Sébastien Brant (ss. XV-XVI) que habla de monstruos como testimonios de la voluntad divina como avisos o castigos.
También relacionado con esto, Mariño Ferro nos aporta una fuente artística interesante que aparece en la portada de Oloron-Sainte-Marie (Francia). Se trata de un hombre semidesnudo, transformado en un animal con patas de ave y rostro de mono debido a su deseo por una prostituta, es decir, castigado por su lujuria.
Criatura fascinante y enigmática, el antropomorfo aparece representado en todas las artes. Figura perteneciente al imaginario de los monstruos que forman parte de nuestra psique, reproduce nuestros terrores y fantasías. Aunque las representaciones de antropomorfos en el arte son innumerables, las de las gárgolas son sublimes, podríamos decir que insuperables. Terroríficas, perturbadoras, expresivas o fantásticas, son gárgolas que muestran la creatividad del escultor, la psique humana y su atracción por el monstruo.
Gárgolas de antropomorfos
Bibliografía consultada
FERNÁNDEZ RUIZ, B., De Rabelais a Dalí. La imagen grotesca del cuerpo, Valencia, Universitat de València, 2004.
GOMBRICH, E. H., El sentido del orden. Estudio sobre la psicología de las artes decorativas, Madrid, Editorial Debate, S. A., 1999.
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KENAAN-KEDAR, N., Marginal Sculpture in Medieval France. Towards the deciphering of an enigmatic pictorial language, Hants (England) and Vermont (USA), Scolar Press and Ashgate Publishing Company, 1995.
KLEIN, F., Mitos, Leyendas y Fábulas, Alcalá la Real (Jaén), Alcalá Grupo Editorial y Distribuidor de Libros (Colección “El Transeunte” nº 5, coord.: R. Ceballos Atienza y F. Toro Ceballos), 2007.
MARIÑO FERRO, X. R., El simbolismo animal. Creencias y significados en la cultura occidental, Madrid, Ediciones Encuentro, 1996.
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RESSOT, J. P., Apología de lo monstruoso. Una lectura de la obra de Ramón J. Sender, Huesca, Instituto de Estudios Altoaragonses (Diputación de Huesca), 2003.
WITTKOWER, R., La alegoría y la migración de los símbolos, Madrid, Ediciones Siruela, S. A. Biblioteca de Ensayo 53, 2006.
ZUMTHOR, P., La medida del mundo. Representación del espacio en la Edad Media, Madrid, Ediciones Cátedra, S. A., 1994.
Doctora en Historia del Arte e Investigadora especializada en el estudio de las gárgolas.
Soy Dolores Herrero Ferrio y mi Tesis, Aproximación al estudio de las gárgolas de las catedrales góticas de Castilla y León, está dedicada al estudio de estas fascinantes figuras.
Si te gustan las gárgolas y la historia del arte, te gustará también mi libro, «La gárgola y su iconografía», un libro que he escrito con todo mi cariño para personas interesadas en conocer el mundo de las gárgolas.
He creado mi propia Enciclopedia de Gárgolas, una Gargopedia para compartirla con vosotros, donde vais a descubrir todos los secretos y maravillas de estas enigmáticas esculturas.
Espero que disfrutéis de esta Gargopedia tanto como yo he disfrutado creándola, y recordad que cada gárgola tiene una historia que contar, y aquí las descubriréis todas.