En la entrada de hoy continuamos examinando uno de los temas más asombrosos y sugerentes de las gárgolas, la gestualidad del cuerpo y su fuerza expresiva.

En la primera parte vimos dos gestos habituales en las gárgolas: tirarse de la boca ―y de otras partes del cuerpo― y la mano en la garganta. En este capítulo vamos a seguir descubriendo otros gestos del cuerpo, una clara manifestación de la plasticidad en el arte.

Los movimientos de las manos son muy diversos en las gárgolas. De hecho, podemos ver las manos situadas en cualquier parte del cuerpo, no sólo en la boca o garganta, sino en la cabeza, en el pecho, en la cara, en las orejas, en los genitales, en las rodillas, en el regazo… Y también mostrando diferentes acciones: sujetando algún objeto o criaturilla, meditando, rezando, trabajando, etc.

Generalmente, estos gestos van acompañados de una gran expresividad, revelando emociones y sentimientos (sufrimiento, ira, desesperación, dolor, dicha, devoción, recogimiento), aunque también pueden ser gestos divertidos, cómicos o grotescos sin intención de mostrar sensaciones, tratándose simplemente de una representación  jocosa.

 

 

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Antropomorfo con las manos en cabeza y boca. Catedral de Tours (Francia).

 

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Hombre desnudo con las manos en boca y rodilla. Monasterio de Batalha (Portugal). 

 

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Humano con las manos en las orejas. Catedral de St. Jean Baptiste (Perpignan, Francia).

 

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Hombre con las manos en cara y pecho. Catedral de St. Étienne de Limoges (Francia).

 

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Hombre con una mano detrás de la oreja. Iglesia de Nuestra Señora de Tréveris (Alemania).

 

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Demonio con las manos detrás de la cabeza. Catedral de Burgos.

 

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Antropomorfo con las manos en el pecho. Catedral de St. Étienne de Cahors (Francia).

 

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Mujer demonio con las manos en los senos. Ayuntamiento de Bruselas (Bélgica).

 

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Hombre con las manos en la cara. Catedral de St. Étienne de Cahors (Francia).

 

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Humano con las manos cruzadas en el pecho. Iglesia de Nuestra Señora de Tréveris (Alemania).

 

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Demonio con las manos en pecho y genitales. Catedral de St. Michel de Carcassonne (Francia).

 

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Hombre con una mano en la cara y la otra sosteniendo un martillo. Catedral de Berna (Suiza).

 

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Humano con las manos sobre las piernas. Catedral de St. Michel de Carcassonne (Francia).

 

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Simio con una mano en el pecho. Catedral de St. Maurice de Mirepoix (Francia).

 

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Mujer con las manos en el regazo. Monasterio de Batalha (Portugal).

 

Relacionado con este tipo de imágenes alegres y burlescas, tenemos el gesto de sacar la lengua. La investigación sobre su significado nos lleva a que se trata de un tipo de burla que podría ser una muestra irrespetuosa y despreciativa hacia lo sagrado, un gesto común para representar a seres malignos y a personas de clase baja. Esto se ve sobre todo en figuras de demonios que, a partir del gótico tardío, se van convirtiendo en imágenes más cómicas que terroríficas. Algunos autores piensan que la lengua saliente y protuberante proviene del Gorgón clásico, aunque también aparece en representaciones del dios egipcio Bes, conocidas probablemente por los monjes coptos, según Link. El significado exacto de este gesto sólo puede ser elucubrado. La intención podría ser simplemente mostrar un gesto grosero y amenazante que a menudo se acompaña de cabezas con follaje (green man). Sin embargo, el significado también puede ser más ingenioso. Generalmente se creía que la exhibición de los genitales era para contener las fuerzas del mal. Sheridan y Ross afirman que la lengua saliente podría haberse entendido con poderes similares, y así estas cabezas mostrándose desde las alturas de los edificios sagrados podrían haber tenido la intención de mantener las fuerzas demoníacas bajo control. En esta misma línea, el historiador del arte Michael Camille afirma que se trata de un gesto de ofensa que vemos en muchos rostros medievales, basado en el poder apotropaico de la clásica Gorgona, donde la lengua es un claro sustituto del pene y su poder para evitar el mal de ojo. Esta pequeña protuberancia deslizándose hacia fuera de la boca de la criatura, nos dice, la define como algo masculino; la lengua era un órgano peligroso y obsceno. Rebold Benton por su parte relaciona el gesto de sacar la lengua con Satán que saca la lengua para burlarse de sus víctimas. Una lengua prominente simboliza también a traidores, herejes y blasfemos.

 

 

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Mujer demonio con la lengua saliente. Ayuntamiento de Bruselas (Bélgica).

 

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Demonio con cabeza humana con la lengua saliente (debajo). Catedral de Burdeos (Francia).

 

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Green man con la lengua saliente. Biblioteca Nacional de Luxemburgo.

 

Asimismo las gárgolas presentan diferentes gestos y movimientos de las piernas, un dinamismo de  viveza elocuente que evidencia generalmente una gran plasticidad en las figuras. Descubrimos diferentes ademanes y movimientos que también indican acciones (danzando, atacando, combatiendo…), figuras sedentes, rampantes, en cuclillas, de rodillas, con cabezas o cuerpos ladeados, piernas o brazos cruzados, etc.; las piernas cruzadas simbolizan la soberbia, según Camille.

 

 

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Hombre con la cabeza ladeada. Iglesia de St. Gangolf de Tréveris (Alemania).

 

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Cordero rampante. Catedral de St. Juste de Narbonne (Francia).

 

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Demonio ladeado. Catedral de Tours (Francia).

 

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Indígena con los brazos cruzados. Monasterio de Batalha (Portugal).

 

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Hombre con las piernas cruzadas. Monasterio de Batalha (Portugal).

 

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Esqueleto con los brazos cruzados. Catedral de Palencia.

 

Algunas figuras, sobre todo humanas, muestran gestos contorsionistas. Le Goff nos dice que los contorsionistas, junto a las prostitutas, eran los arquetipos de una práctica gestual vinculada a la posesión demoníaca y durante el siglo XIII se les consideró proscritos. San Isidoro en sus Etimologías (s. VII) dice que los juegos circenses fueron creados para celebraciones paganas. “Por eso, los que asisten a ellos como espectadores se considera que con su presencia sirven al culto de los demonios”.

 

 

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Contorsionista. Catedral de St. Juste de Narbonne (Francia).

 

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Contorsionista. Grotesco de la Catedral de Vitoria.

 

En relación a los gestos y movimientos intencionados, finalizamos esta entrada con las figuras de mujeres seductoras, imágenes expresivas, enérgicas y fogosas. Ya hablamos sobre la imagen del demonio con forma de mujer en la Edad Media, debido a la visión de la mujer como símbolo de perversidad y pecado. Agustín Gómez nos dice que en la Edad Media se valoraba a la mujer por su sexo, por lo que veían en ella todo tipo de vicios relacionados con la lujuria. Honorio de Autun (ss. XI-XII) decía: “El hombre significa los buenos pensamientos del alma, la mujer las imaginaciones viciosas”. La imagen de mujer perdida, la mayoría de las veces representada con peinado estrafalario y sonrisa tentadora, se repite constantemente en la escultura marginal románica y gótica. El cabello de la mujer se muestra rizado o largo y despeinado, y su sonrisa similar a la de las sirenas en el arte. Kenaan-Kedar supone que el peinado es un detalle preciso que se puede interpretar como la moda de las prostitutas de la época.

Nuevamente la historia y el arte se unen para mostrarnos el apasionante nexo entre las imágenes y su simbología, la atracción que transmite, y el fabuloso aprendizaje y disfrute tanto de las imágenes por su belleza artística como del significado que siempre nos descubre un simbolismo relacionado con los factores históricos, sociales, morales y psicológicos que formaban parte del imaginario colectivo de la Edad Media.

 

 

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Mujer seductora. Iglesia de Nuestra Señora de Tréveris (Alemania).

 

 

 

Bibliografía consultada

CAMILLE, M., El ídolo gótico. Ideología y creación de imágenes en el arte medieval, Madrid, Ediciones Akal, S. A., 2000.

CAMILLE, M., The Gargoyles of Notre-Dame. Medievalism and the Monsters of Modernity, Chicago and London, The University of Chicago Press, 2009.

GÓMEZ GÓMEZ, A., El Protagonismo de los otros. La imagen de los marginados en el Arte Románico, Bilbao, C. E. H. A. M./E. A. H. I., 1997.

GRIVOT, D., Le diable dans la cathedrale, Paris, Editions Morel, 1960.

KENAAN-KEDAR, N., Marginal Sculpture in Medieval France. Towards the deciphering of an enigmatic pictorial language, Hants (England) and Vermont (USA), Scolar Press and Ashgate Publishing Company, 1995.

LE GOFF, J. y TRUONG, N., Una historia del cuerpo en la Edad Media, Barcelona, Ediciones Paidós Ibérica, S. A., 2005.

LINK, L., El Diablo. Una máscara sin rostro, Madrid, Editorial Síntesis, S. A., 2002.

REBOLD BENTON, J., Holy Terrors. Gargoyles on medieval buildings, New York, Abbeville Press, 1997.

SAN ISIDORO DE SEVILLA, Etimologías, II (Libros XI-XX), texto latino, versión española, notas e índices por J. Oroz Reta y M. A. Marcos Casquero, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, de La Editorial Católica, S. A., 1982.

SHERIDAN, R. y ROSS, A., Grotesques and Gargoyles. Paganism in the Medieval Church, London, David & Charles: Newton Abbot, 1975.

 

 

 

 

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