Gargopedia

Las gárgolas de la Catedral de Valencia

 

En esta primera entrada sobre las gárgolas de la Comunidad Valenciana, nos vamos a la mismísima Valencia. Allí hemos encontrado gárgolas verdaderamente asombrosas. Hoy os invitamos a admirar las gárgolas de la catedral de esta preciosa ciudad.

En 1262 el obispo valenciano Albalat puso la primera piedra para la construcción de este magnífico templo. Aunque es gótico, también posee construcciones y elementos de otros estilos: románico, renacentista, barroco, neoclásico. Entre sus maravillas arquitectónicas, destacamos la portada principal, obra de Konrad Rudolf (s. XVIII); y la torre del Micalet (Miguelete), un soberbio prisma octogonal, obra del maestro Andreu Juliá, que se inició a finales del siglo XIV.

En un artículo de Marta Almela sobre las gárgolas de la seo valenciana, esta autora afirma que algunas de las gárgolas de esta catedral fueron esculpidas en el siglo XV, durante la construcción del Archivo de la catedral. Diversos documentos del Archivo hablan de la creación de unas gárgolas en 1495 por el escultor Johan Casel, durante las obras de la Arcada Nova, dirigidas por el arquitecto Pere Compte.

 

 

 

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Las gárgolas

 

Comenzando con las representaciones de animales reales, vemos varias figuras de perros, de formas muy diferentes, cada una con un estilo escultórico muy peculiar. Sobre la simbología del perro ya hablamos en una entrada anterior. Recordemos que es uno de los animales más representados en las gárgolas. Es ejemplo de lealtad y vigilancia, protector de las casas y sus habitantes. Aparece ya en la Antigüedad, recordemos a Cerbero que custodiaba el Hades. Considerado también como perro pastor que guarda su rebaño y lo protege del lobo, al igual que el sacerdote guarda y protege a sus feligreses del diablo. En su aspecto negativo, hay textos medievales donde aparece como símbolo de algunos vicios y pecados, como la envidia, y el Libro de los Enxiemplos (s. XIV) lo muestra como la personificación de los hipócritas, lisonjeros e ingratos.

El primero está en posición rampante, con ojos ovalados con pequeñas pupilas y una gran boca con arrugas formando lo que llamamos “triple labio”, y grandes dientes y colmillos; este tipo de cabeza recuerda a algunas gárgolas de las catedrales de Burgos y Gerona, y del monasterio de Batalha en Portugal. Aunque la cabeza es de aspecto demoníaco o monstruoso, el cuerpo semeja al de un perro.

También hay dos figuras que, aunque desgastadas por ser del primer gótico, son muy interesantes y destacables por su antigüedad; una de ellas tiene un collar decorado con bolas y una grande en el centro. Asimismo, hay otras figuras de perros con formas rotundas, algunas bastante realistas.

 

 

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Hay otros dos cuadrúpedos magníficos. El primero, aunque la piedra está desgastada, parece la figura de un león por la melena larga. El segundo es un león con melena voluminosa. Recordemos que el león es el animal más representado en las gárgolas. Se trata del rey de los animales terrestres, adoptado por la iconografía cristiana, León de la Tribu de Judá, símbolo de Cristo. Se dice que nunca cierra los ojos, incluso cuando duerme, con lo cual es también emblema de vigilancia, por eso aparece en muchos edificios. En otros casos, aunque es poco habitual, posee un significado negativo: símbolo de soberbia o del anticristo.

 

 

Seguidamente tenemos una gárgola con cuerpo de ave. Debido a su ubicación y a la posición de la cabeza que está ladeada, no pudimos ver la cara, por lo que no podemos asegurar su tipología. Y un monstruo animal, un perro alado que, aunque la piedra está desgastada, se puede ver que es una figura magnífica.

 

 

Los demonios son impresionantes. El primero es un doccione portando una vasija, un demonio antropomorfo con alas, cola y patas de cuadrúpedo. Recordemos que los doccioni son figuras, generalmente humanas, que llevan en sus hombros una vasija o un animal de cuya boca sale el chorro de agua.

El segundo es un demonio alado de aspecto feroz. Está en posición rampante y tiene pezuñas, largas orejas, triple labio y gran boca con dientes; la cabeza es semejante a la primera figura de perro que hemos visto.

Finalmente, hay dos gárgolas que, debido al gran deterioro de la piedra, no se puede distinguir bien la tipología. Aparentemente semejan demonios, ya que parecen observarse elementos propios de la tipología demoníaca como pezuñas y perilla.

 

 

Aunque generalmente no tienen el atractivo y belleza de las gárgolas decoradas con seres o criaturas de todo tipo, no podemos olvidarnos de las gárgolas de diseño geométrico.

En la seo valenciana también vemos diversas gárgolas geométricas. Entre ellas destacamos tres modelos: el primero es semicircular con moldura en la embocadura, un diseño semejante al de algunas gárgolas de otras catedrales españolas (Zamora). Otro es rectangular con embocadura circular debajo y ménsula; y el tercero, rectangular con embocadura poligonal.

Hay que destacar también una gárgola de tipología irreconocible por el desgaste, pero muy interesante por su ubicación, ya que se encuentra en el lateral de un arbotante, pudiendo observar su funcionalidad como canalón de desagüe.

 

 

Dejamos para el final las impresionantes gárgolas de figuras humanas. Cuatro gárgolas con una labra y temática asombrosas.

La primera es un hombre que parece sujetar su vestimenta, un manto largo con pliegues del que asoma una rodilla, brazos y pies desnudos. Tiene el cabello largo y una gran barba que parece mesarse. Lamentablemente, la cara está partida, pero la figura es magnífica. El segundo es un hombre con vestimenta larga y gorro o casquete. Tiene el cabello largo y sujeta con sus manos una filacteria. Como la figura anterior, tiene una rodilla apoyada en el suelo. El tercero es semejante, con melena corta, gorro y vestimenta larga, en este caso vemos también una capa corta. Está arrodillado y parece sostener una filacteria. Por la indumentaria, la posición y las filacterias, estas tres figuras seguramente son eclesiásticos.

La última figura es excepcional y sugerente. Una mujer semidesnuda, únicamente se tapa la parte baja del cuerpo con una tela o paño, arrodillada y tocándose los senos, recordemos a la gárgola de mujer semidesnuda tirándose de los pezones del monasterio de Batalha (Portugal). Lleva un gorro con turbante trenzado y el gesto es expresivo; una posible referencia a la lujuria.

 

 

No queremos terminar esta entrada sin hacer referencia a los grotescos o quimeras que vemos por diversas zonas de la catedral, decorando los exteriores. Os mostramos a continuación varias de estas figuras bellas y asombrosas que merecen igualmente una mención.

 

 

Además de las figuras propias de las tipologías que vemos representadas generalmente en las gárgolas como animales, demonios, monstruos, etc., imágenes provenientes de la simbología y tradición medieval, sobre todo de los bestiarios, en la catedral valenciana destacamos el doccione, una figura poco habitual y que vimos también en la catedral de Palma de Mallorca y, por supuesto, las cuatro figuras de humanos, tres clérigos y una mujer con gesto lujurioso, que reflejan la dicotomía entre el bien y lo sagrado y el mal y lo profano. En estas imágenes, se muestra el pecado y con ello la lucha del bien y el mal, una lucha que también aparece reflejada en el resto de gárgolas a través, no sólo de las figuras de demonios y monstruos, sino del significado tanto positivo como negativo de los animales representados.

Hemos querido mostrar, como primera entrada de esta Comunidad Autónoma, las maravillosas gárgolas de la seo valenciana. Aun siendo escasas, son unas figuras sensacionales y muy bellas, tanto formal como tipológicamente. Su labra es extraordinaria y su temática muy interesante. Cuando paseéis por esta preciosa ciudad, id a contemplarlas. Están allí, «observando» a los transeúntes, un pedacito del arte y la historia de Valencia y una de las joyas del patrimonio de esta comunidad y de nuestro país.

 

 

Bibliografía consultada

ALMELA, M., “Dantescas gárgolas. Los desagües medievales de la catedral”, Revista Catedral de Valencia, nº 9 (2012), pp. 9-16.

LINK, L., El Diablo. Una máscara sin rostro, Madrid, Editorial Síntesis, S. A., 2002.

MATEO GÓMEZ, I., Temas profanos en la escultura gótica española. Las sillerías de coro, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto Diego Velázquez, 1979.

REBOLD BENTON, J., Holy Terrors. Gargoyles on medieval buildings, New York, Abbeville Press, 1997.

SARTHOU CARRERES, C. y NAVASCUÉS PALACIO, P., Catedrales de España, Madrid, Espasa Calpe, S. A., 1998.

 

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