El Palacio de Monterrey en Salamanca es un magnífico edificio construido por el tercer conde de Monterrey y virrey de Nápoles, Alonso de Acevedo y Zúñiga, en 1539 “conforme a una traza que está trazada y firmada del padre fray min. de Santiago y de Ro. Gil”. Es posible que ambos hicieran también los planos para el Palacio de Fonseca con la participación de tallistas como Ibarra y Aguirre. Sólo se construyó un ala de las cuatro proyectadas, con dos grandes torreones en las esquinas. Actualmente es propiedad de la Casa de Alba.
Todo el exterior del palacio está decorado a base de grutescos renacentistas, con variedad de monstruos, animales, criaturas híbridas y seres fabulosos. Ante todo, predominan las figuras del león y del dragón como animales guardianes de la casa. El león, además, como símbolo de poder y fortaleza. Junto a esta exuberante decoración y la bella crestería, vemos las peculiares gárgolas de las dos torres.
La singular iconografía de las gárgolas del Palacio de Monterrey: Una visión inquietante
Las gárgolas están en general muy deterioradas, muchas de ellas rotas con caños de metal incorporados para el desagüe.
No obstante, en las torres quedan algunas gárgolas muy curiosas que merece la pena destacar. Aunque algunas están muy desgastadas y no se puede apreciar claramente su tipología, lo que queda de ellas revela su singularidad y excepcionalidad. Debido quizás a este desgaste, algunas de ellas parecen ser más ornamentales que funcionales.
Hay bastantes figuras demoníacas. Se ven demonios alados, con cuerpo dragontino y cuernos. También hay una cabeza de carnero, una figura relacionada asimismo con el macho cabrío y su identificación con el demonio y la lujuria. En otras gárgolas se acentúa más la deformidad, el elemento grotesco e incluso perturbador. El deterioro no permite distinguir algunas partes de los cuerpos. Son figuras de aspecto blando y hasta desagradable, con un toque surrealista; figuras un tanto caricaturescas, una imagen del demonio histriónica y bufonesca, propia de esta época. Dos de ellas tienen senos de mujer, una representación que identifica el mal con la mujer, en la que el diablo aparece a veces con senos caídos y muy frecuente a partir del siglo XV, como ya vimos en una de las entradas dedicada al demonio. Tenemos varios ejemplos en España, por ejemplo, en una de las gárgolas de la catedral de Plasencia, o en muchos de los demonios del cimborrio de la catedral de Burgos; son gárgolas realmente sobrecogedoras.
Pasamos a otro tipo de gárgolas también muy peculiares. Es difícil precisar de qué figuras se trata por la erosión. Son criaturas antropomorfas, deformes e insólitas. Les sobresale un saliente, como un penacho, de la cabeza, a modo de copete que parece desplegar un manto que les cubre la cabeza y parte de atrás del cuerpo, un elemento que aparece curiosamente en una gárgola de la catedral de Lichfield (Inglaterra), catedral gótica que se construyó entre los siglos XII y XIV.
En las gárgolas que están menos deterioradas, se pueden ver mejor los rasgos y detalles que las definen y las hacen tan singulares. En una de ellas vemos una mujer, ataviada con una toca en la cabeza, con rostro horrendo y envejecido, con senos caídos y con un gesto estremecedor y de gran expresividad. La piel tiene surcos y está arrugada. Podría tratarse de la representación de una bruja. Las gárgolas anteriores tan desgastadas y que llevan dicha indumentaria podrían ser igualmente brujas o mujeres-demonio. Unas imágenes sin duda muy particulares y enigmáticas.
La última gárgola es la figura de una mujer, en este caso joven, con gesto más sosegado, mostrando una pose sugerente y seductora, con el brazo derecho levantado que se lleva a la cabeza y los senos desnudos. Como vemos, algunas figuras tienen connotaciones sexuales, mostrando los senos o con gesto provocador como esta última.
Las gárgolas del Palacio de Monterrey son representaciones un tanto siniestras y vinculadas al demonio, algo que se contrapone a la idea de que este tipo de imágenes aparece solo en los edificios religiosos con una intención preventiva e intimidatoria dirigida a los fieles; una característica que recalca aún más su originalidad, ya que estamos ante un edificio civil. Aunque son gárgolas de labra más tosca y de cuerpos cortos y anchos, son figuras únicas, enigmáticas, asombrosas y con una expresividad que las hace insólitas y tremendamente atractivas.
Bibliografía consultada
FERNÁNDEZ ARENAS, J., Martín de Santiago y la arquitectura del Protorrenacimiento salmantino, Resumen de la tesis presentada para aspirar al grado de Doctor en Filosofía y Letras por José Fernández Arenas, Barcelona, Universidad de Barcelona. Secretariado de Publicaciones. Intercambio Científico y Extensión Universitaria, 1978.
Doctora en Historia del Arte e Investigadora especializada en el estudio de las gárgolas.
Soy Dolores Herrero Ferrio y mi Tesis, Aproximación al estudio de las gárgolas de las catedrales góticas de Castilla y León, está dedicada al estudio de estas fascinantes figuras.
Si te gustan las gárgolas y la historia del arte, te gustará también mi libro, «La gárgola y su iconografía», un libro que he escrito con todo mi cariño para personas interesadas en conocer el mundo de las gárgolas.
He creado mi propia Enciclopedia de Gárgolas, una Gargopedia para compartirla con vosotros, donde vais a descubrir todos los secretos y maravillas de estas enigmáticas esculturas.
Espero que disfrutéis de esta Gargopedia tanto como yo he disfrutado creándola, y recordad que cada gárgola tiene una historia que contar, y aquí las descubriréis todas.