En esta entrada vais a descubrir uno de los conjuntos de gárgolas más impresionantes y bellos de España: las gárgolas de la cabecera (costado este) de la Catedral de Palencia.
Sobre el edificio, en la segunda mitad del siglo XII y principios del XIII se construyó una catedral románica excepcional por su cronología y sus dimensiones. Se consagró en 1219. Sólo quedan fragmentos de la fábrica al ser demolida en el siglo XIV. La primera etapa de la catedral gótica va de 1321 a 1426 y se hace la girola con sus capillas, una auténtica maravilla arquitectónica. En los últimos años del siglo XIX se planteó la necesidad de hacer obras en la catedral que afectaron sobre todo a dos arbotantes de la cabecera y se hicieron entre 1884 y 1896.
Las gárgolas de la cabecera palentina
Tanto en el transepto viejo como en el ábside nos encontramos con dos tipos de gárgolas: por un lado, están las maravillosas y extraordinarias gárgolas de piedra que están situadas en los contrafuertes y bajo pináculos; y por otro, vemos un conjunto de pequeñas gárgolas metalizadas con figuras de diablillos colocadas en la parte superior de tubos para el desagüe.
La tipología es variada: figuras humanas, animales reales, monstruos animales y demonios. El demonio es la figura preponderante, un predominio que existe habitualmente en las catedrales y probablemente relacionado con la contraposición entre el mal y el pecado (exterior de la catedral) y el bien y lo sagrado (interior de la catedral), y también como idea patente en la Edad Media de mostrar la existencia del mal ante la colectividad.
Demonio
Ya hablamos en la entrada dedicada a las gárgolas de metal y otros materiales sobre los pequeños diablillos de la catedral: figuritas de talla esquemática, con largos cuernos, ojos, morro picudo y cresta dorsal. Aparecen en distintas posiciones: tumbado con los brazos apoyados en el tubo, sentado levantando los brazos, de pie levantando un brazo y adelantando la pierna contraria en actitud de caminar, tumbado con los brazos y piernas apoyados en el tubo, o sentado y moviendo los brazos hacia arriba; son pequeñas gárgolas dinámicas, mostrando movimiento, de aspecto burlón y juguetón. También podemos ver alguna de este tipo en la muralla del casco antiguo de Ibiza.
Los demonios de piedra son gárgolas soberbias. Son figuras repletas de detalles propios de la tipología demoníaca con una labra magistral y una gran expresividad: costillas y tráqueas marcadas, cresta dorsal y frontal, grandes bocas con dientes o colmillos, ojos con párpados y pupilas (algunos con pupilas verticales), orejas puntiagudas, cuerpos y pieles de aspecto desagradable con pellejos y arrugas, plumas, escamas, garras con largas uñas, perillas, lenguas que sobresalen, apéndices sobre la frente o pequeños cuernos, alas de ave o murciélago, cuerpo de animal (ave), cabeza monstruosa, morro con arrugas, o dobles pezuñas.
Destacamos dos de ellos por sus rasgos originales y belleza escultórica. El primero es una tremenda figura de demonio antropomorfo con la piel rugosa y parte del cuerpo con escamas. Tiene pies con enormes tenazas, una característica que también vemos en gárgolas de otras catedrales (Burgos), y manos tipo garras. La cabeza es humana, de aspecto femenino, con melena lacia y desgreñada, imagen de salvajismo, bestialidad o poder y que para algunos autores proviene de las cabelleras grasientas y desaliñadas de los bárbaros, orejas puntiagudas y facciones grandes tipo negroide; una gárgola perturbadora.
El segundo es un demonio gastrocéfalo con gran tráquea y costillas muy marcadas, brazos y manos de aspecto humano, patas de reptil con garras ligeramente palmeadas y largas uñas, y cabeza de ave con pico aguileño. El segundo rostro situado en el vientre semeja un green-man con enormes ojos, nariz y boca en un gran follaje.
Monstruo animal
Los monstruos animales son híbridos de diversas partes de animales. Hay un perro alado, y otro con cuerpo de águila y cabeza de carnero que le confiere un aspecto demoníaco. En ambos el detallismo de la talla es extraordinario: músculos, texturas de la piel (arrugas, pellejos, pelaje), alas, patas, garras, cabezas con ojos perfectamente dibujados o bocas con lengua y dientes.
Humano
Las dos figuras humanas son muy peculiares. Por una parte, hay un esqueleto con los brazos cruzados sobre el pecho con un gesto de autoabrazo, simbología de la muerte con una imagen terrorífica. La representación de esqueletos y calaveras como símbolo de la muerte es habitual en el arte. En algunas imágenes, el esqueleto se muestra llevando en una mano una guadaña, un símbolo de lo corta que es la vida, y en la otra un reloj de arena, señal de la rapidez del paso del tiempo. Aunque el esqueleto es la personificación de la muerte, algunas veces también simboliza al demonio.
La segunda es la gárgola del famoso fotógrafo de la catedral. Está de pie con una cámara fotográfica que sujeta con las manos. Se le ve el cuello de la camisa, parte de la corbata y lleva abrigo hasta los pies. Su rostro es apesadumbrado, de mirada triste, una figura de aspecto un tanto fúnebre y muy original, aunque totalmente anacrónica.
Animal real
Finalmente, los tres animales reales son dos leones y un ave con aspecto quizás de loro o papagayo. Los leones son figuras magníficas, de anatomía perfecta y gran detallismo en cuerpo y cabeza (melena, morro, dientes, ojos con pupilas). Están sentados y apoyados con las manos en escudos decorados. Uno de los escudos tiene la decoración muy desgastada pero podemos adivinar tres bandas: la del medio con un edificio o barco, y las laterales con la misma decoración de tipo vegetal y con cabezas de serpiente en la parte superior. En el otro escudo vemos un hombre de rodillas en actitud de adoración ante una figura en un trono y, detrás del arrodillado, otros personajes de pie y la figura aparentemente de un ángel.
El tercer animal es un posible loro o papagayo con abundante y llamativo plumaje. La cabeza está muy recargada, con rasgos muy pronunciados y detallados (cejas, ojos, pico).
Hay que destacar que algunas gárgolas llevan decoración o bien en el escudo que sostienen (como los leones o también uno de los demonios que sujeta un escudo decorado con flores de lis), o bien en los bloques de piedra que soportan muchas figuras (decoración rayada, geométrica, rugosa, cavidad que recoge una gran cadena).
En conclusión, las gárgolas del costado este de la catedral son magníficas y excepcionales. Son originales, expresivas, terroríficas, inquietantes, con una labra increíble con gran detallismo, plasticidad y anatomías perfectas, y de una gran belleza escultórica. Además, las gárgolas de piedra se mantienen en perfecto estado de conservación. Asimismo, destacamos las gárgolas metalizadas con los diablillos, unas figuras muy singulares, dinámicas y divertidas. Como habéis podido apreciar, son todas gárgolas únicas, llenas de creatividad y con una talla y belleza extraordinarias, un verdadero tesoro del patrimonio de Castilla y León y de nuestro país.
Bibliografía consultada
MARTÍNEZ, R., La Catedral de Palencia. Historia y Arquitectura, Palencia, Merino, 1988.
PÉREZ MONZÓN, O., Catedrales góticas, Madrid, Ediciones Jaguar, S. A. Catedrales de España, 2003.
Doctora en Historia del Arte e Investigadora especializada en el estudio de las gárgolas.
Soy Dolores Herrero Ferrio y mi Tesis, Aproximación al estudio de las gárgolas de las catedrales góticas de Castilla y León, está dedicada al estudio de estas fascinantes figuras.
Si te gustan las gárgolas y la historia del arte, te gustará también mi libro, «La gárgola y su iconografía», un libro que he escrito con todo mi cariño para personas interesadas en conocer el mundo de las gárgolas.
He creado mi propia Enciclopedia de Gárgolas, una Gargopedia para compartirla con vosotros, donde vais a descubrir todos los secretos y maravillas de estas enigmáticas esculturas.
Espero que disfrutéis de esta Gargopedia tanto como yo he disfrutado creándola, y recordad que cada gárgola tiene una historia que contar, y aquí las descubriréis todas.