Hoy viajamos de nuevo a Galicia. En este caso para descubrir unas gárgolas asombrosas: las gárgolas del Hospital Real de Santiago de Compostela.
Cuando los Reyes Católicos visitaron Santiago de Compostela en 1486, vieron que la ciudad necesitaba un hospital para atender a los peregrinos enfermos que llegaban del Camino de Santiago. Por esta razón, encargaron la construcción de un hospital que se empezó en 1501 y cuya edificación fue encomendada a Enrique Egas. Este magnífico edificio es, desde 1954, el Parador Nacional de Turismo, “Hostal dos Reis Católicos”. En 1931 fue declarado Monumento Histórico-Artístico.
Las gárgolas del Hospital Real y su iconografía
Uno de los atractivos de este edificio son las gárgolas que rodean todo el perímetro del mismo. Las gárgolas las fotografiamos el mismo día que recopilamos las del Monasterio de San Martín Pinario, por lo que, como ya os comentamos en la entrada sobre las gárgolas del monasterio, nos cayó un tremendo chaparrón, como era de esperar en tierras gallegas. Es importante destacar que algunas de las gárgolas del Hospital Real se asemejan a las de este monasterio. Curiosamente, para el diseño del templo de la iglesia del monasterio, cuya primera piedra se colocó en 1590, parece ser que los monjes benedictinos acudieron al arquitecto portugués Mateus Lopes, maestro que ya había trabajado en Santiago como maestro de obras del Hospital Real. Es también llamativo que varias gárgolas del monasterio sean similares a algunas del Monasterio de Batalha en Portugal.
La temática de las gárgolas del Hospital Real se basa en cuatro tipos de figuras: animales, cuadrúpedos alados, demonios y humanos. En general, el estilo es muy semejante, con elementos diversos y a veces de connotación fantástica como vimos en San Martín Pinario. Son prácticamente cabezas, ya que las extremidades son excesivamente pequeñas. Las caras son en general regordetas, muchas colgantes de aspecto fláccido. En la gran mayoría el agua se expulsa por un tubo de piedra que sobresale de las bocas y que se adapta a éstas. También vemos algunas figuras de estilo totalmente diferente; una diversidad formal que enriquece el conjunto.
Las cabezas de animales son en su mayor parte de aspecto perruno (orejas, pelajes, morros). Podemos ver figuras con cuernos en espiral, cejas salientes, orejas en forma de hoja, con manos en la boca, rampantes, con arrugas o lo que llamamos triple labio, collar, colmillos, manos en el cuello, y otras tienen pequeñas criaturillas incorporadas. Algunas de estas pequeñas criaturas son figuras de humanos desnudos que parecen aferrarse al cuerpo de la gárgola, y otra parece una hoja o un pequeño reptil que llega hasta la boca; pequeños seres de connotación generalmente negativa y maléfica que acompañan a menudo a algunas gárgolas.
Asimismo vemos una cabeza con morro de cerdo y un carnero. Como curiosidad, Mariño Ferro nos cuenta que el cerdo, siendo inútil para el trabajo y sólo obcecado en comer y revolcarse en el lodo, simboliza la pereza. Y el carnero, al igual que el cordero y la oveja, aceptaba fácilmente el sacrificio; los judíos lo ofrecían a Yahveh y los romanos a sus dioses.
Como hemos dicho al principio, es destacable la diferencia estilística de algunas de ellas. Aunque hemos visto en las gárgolas anteriores una gran similitud en cuanto al estilo escultórico, éste cambia en las figuras de dos magníficos cuadrúpedos alados. Son dos figuras impresionantes, una de ellas con cara de aspecto ligeramente antropomorfo. Otro cuadrúpedo alado tiene un estilo semejante a los animales anteriores.
Dentro de los demonios, hay dos semejantes, uno con dientes, garras, grandes orejas en forma de hoja −aunque también podrían ser alas de quiróptero− y manos en el cuello; y el otro con enormes dientes rectangulares y manos en la boca. También vemos uno con aspecto de animal que agarra firmemente la figura desnuda de una criaturilla humana, figura que simboliza seguramente la imagen de un pecador que ha caído en las garras del demonio como consecuencia de sus faltas.
Finalmente, pasamos a las gárgolas de humanos. Como vimos en una entrada anterior, a veces encontramos gárgolas en las que el desagüe está en otra parte del cuerpo. Nos referimos a las gárgolas que representan figuras mostrando el ano por donde sale el agua, como defecando. Rebold Benton nos dice que puede ser para alejar al diablo de la iglesia, o simplemente una “travesura” medieval; algunos tienen posturas verdaderamente contorsionistas. Una gárgola más, un humano con las manos en la cara y con protuberancias en el cuerpo, completa el conjunto de figuras humanas.
Como expusimos en la entrada dedicada al monasterio de San Martín Pinario, Santiago no deja impasible al visitante. Su magia, sus leyendas y su folklore nos fascinan. Su arte, su historia, sus tradiciones y además el Camino que se inicia desde tantos lugares, nos revelan un lugar único y soberbio del patrimonio de nuestro país. Tierra de seres mágicos que asimismo se representan en sus gárgolas, algunas de ellas cubiertas de musgo con ese radiante verde que da color, hechizo y aún si cabe más belleza a las figuras.
Al igual que dijimos en su día, Galicia es tierra de agua. Ni siquiera las fotografías quedan indemnes de ese velo o cortina que deja el agua allá donde muestra su presencia. Tierra de lluvias, agua que cae de sus sorprendentes gárgolas y que tuvimos la fortuna de verlas trabajar en nuestro inolvidable viaje a Santiago de Compostela.
Bibliografía consultada
MARIÑO FERRO, X. R., El simbolismo animal. Creencias y significados en la cultura occidental, Madrid, Ediciones Encuentro, 1996.
REBOLD BENTON, J., Holy Terrors. Gargoyles on medieval buildings, New York, Abbeville Press, 1997.
VIGO TRASANCOS, A., “La iglesia monástica de San Martín Pinario en Santiago de Compostela. Proyecto, fábrica y artífices”, Compostellanum, Vol. XXXVIII, Números 3-4 (1993), pp. 336-361.
Doctora en Historia del Arte e Investigadora especializada en el estudio de las gárgolas.
Soy Dolores Herrero Ferrio y mi Tesis, Aproximación al estudio de las gárgolas de las catedrales góticas de Castilla y León, está dedicada al estudio de estas fascinantes figuras.
Si te gustan las gárgolas y la historia del arte, te gustará también mi libro, «La gárgola y su iconografía», un libro que he escrito con todo mi cariño para personas interesadas en conocer el mundo de las gárgolas.
He creado mi propia Enciclopedia de Gárgolas, una Gargopedia para compartirla con vosotros, donde vais a descubrir todos los secretos y maravillas de estas enigmáticas esculturas.
Espero que disfrutéis de esta Gargopedia tanto como yo he disfrutado creándola, y recordad que cada gárgola tiene una historia que contar, y aquí las descubriréis todas.