Las gárgolas de la Catedral de Oviedo. Un tesoro asturiano

 

En esta primera entrada dedicada a gárgolas asturianas, vamos a descubrir las singulares y sugestivas gárgolas de la catedral de Oviedo.

En esta bella ciudad del Principado de Asturias se encuentra una catedral gótica con una amplia historia, desde el siglo VIII, y una gran riqueza artística. La historia de la Sancta Ovetensis, las reliquias y tesoros que contiene y la fusión de estilos que engloba (prerrománico asturiano, románico, gótico, renacentista), la convierte en uno de los monumentos más importantes del patrimonio de Asturias y de España.

Respecto a la catedral gótica, hacia 1385 comenzaron las obras de esta, y hacia 1500 se decidió la construcción del pórtico occidental y las dos torres de la fachada, aunque al final solo se levantó la torre sur, una obra de estilo gótico flamígero y renacentista, que se inició hacia 1508 y se terminó a finales del siglo XVI, bajo la dirección de Rodrigo Gil de Hontañón.

 

 

Sus gárgolas

Seguidamente, pasamos a ver las gárgolas de la catedral. Repartidas por diversas zonas del edificio, las hemos agrupado por tipologías, para así tener una visión formal y temática del conjunto, lo más clara y completa posible. Algunas gárgolas están deterioradas o muy dañadas y es imposible establecer con certeza su tipología, estas no las mostraremos. Por otra parte, muchas de ellas poseen un bloque canalón sobre la figura, que sirve de desagüe, y que vemos en gárgolas de otros edificios como la catedral de Salamanca, donde también trabajó Rodrigo Gil de Hontañón.

 

 

 

Comenzamos con los seres fantásticos o mitológicos. El primero es el grifo, que está representado en varias de las gárgolas de la torre. Estas figuras tienen la cabeza ladeada, una posición dinámica que las hace muy singulares. También vemos un sátiro, desnudo mostrando el ano, como defecando, con una postura totalmente contorsionada.

 

Grifo

 

Sátiro

 

Las siguientes gárgolas representan animales que llamaremos reales para diferenciarlos de los fantásticos. Ya vimos, cuando hablamos sobre las tipologías, que los animales más representados en las gárgolas eran el león, el águila y el perro. El león y el águila, además de su importante simbología, tienen un significado cristológico, y el perro como animal protector y guardián.

Tenemos, en primer lugar, varias figuras de leones, de estilos diferentes, muy interesantes estilísticamente y con melenas diversas, algunas de talla magnífica.

 

León

 

También vemos la figura del águila, similar a la de los grifos en cuanto a estilo.

 

Águila

 

Las gárgolas que representan perros también son muy interesantes por su diversidad formal y estilística. La semejanza con gárgolas de otros edificios es realmente muy curiosa, y revela en muchas ocasiones influencias que, en la mayoría de las ocasiones, no conocemos, pero que podrían ser testimonio de intercambios de escultores, talleres o bocetos que se utilizaron. Algunas veces tenemos documentación sobre maestros que han trabajado en varios edificios y han dejado su impronta, pero otras veces, como digo, lo desconocemos. En estas gárgolas vais a ver, por ejemplo, la semejanza con algunas del Monasterio de Batalha (Portugal).

 

Perro

 

Un carnero con una tráquea muy marcada que le confiere una connotación demoníaca, es una figura que bien podría asimismo incluirse en la tipología del demonio.

 

Carnero

 

El último animal es un sapo, una imagen muy curiosa, ya que posa una mano en la parte ventral o genital.

 

Sapo

 

Los monstruos animales, híbridos compuestos de varias partes de animales, son cuadrúpedos alados, uno de ellos de cara ancha y monstruosa, con los ojos muy separados, que recuerda a una de las gárgolas de la catedral de Salamanca.

 

Monstruo animal

 

Continuamos con las figuras humanas. Estas son gárgolas expresivas y muy diferentes. Vemos un hombre desnudo con las rodillas juntas, cabeza ladeada con casquete, que enseña la lengua, otro con melena en franjas, y otro con vestimenta de monje y un libro en la mano.

 

Humano

 

 

 

Asimismo, hay variedad tipológica y estilística en los antropomorfos y demonios. Comenzando con los antropomorfos, tenemos uno con vestimenta de monja, manos en el regazo y pico de ave, una gárgola muy original. También hay un hombre desnudo con pies y manos en forma de hoja, sentado y con un gesto muy expresivo. Dos curiosas figuras, con aparentemente cabeza humana y cuerpo animalesco, muestran una postura insólita, agachadas con la cabeza hacia los pies.

 

Antropomorfo

 

Los demonios son asimismo fantásticos. Uno posee patas de cuadrúpedo, cabeza monstruosa y gran tráquea. Un carnero alado con rostro humano, y otro con tráquea y alas membranosas, difieren del resto en cuanto a estilo. Finalmente, tenemos tres demonios antropomorfos, dos con senos de mujer, y otro con tráquea y alas membranosas, cuyas caras recuerdan a una de las gárgolas de la catedral de León.

 

Demonio

 

 

 

 

 

Las gárgolas del claustro

Dejamos para el final las gárgolas del claustro. El claustro es una construcción gótica de los siglos XIV y XV, que sustituye al anterior románico del siglo XII.

 

 

Sus gárgolas consisten en cabezas diversas (humano, perro, gato), de dibujo esquemático y voluminosas, lo que les da una sensación de plasticidad. Algunas tienen un aire grotesco y con aspecto de máscara.

 

 

Hemos hecho un recorrido que, esperamos, os haya gustado, y que, en vuestro próximo viaje a Oviedo, os anime a contemplar y observar estas fantásticas figuras de otra manera. Su diversidad formal y temática, su expresividad y su plasticidad, convierten a las gárgolas de la catedral ovetense en uno de los conjuntos de gárgolas más bellos e interesantes de nuestro país.